¿Si te digo que tiene que ver Lexus con el arte? Me dirías que nada. ¿Y si digo con la gastronomía? Lo mismo. ¿Y ya si te digo con la música? Pues peor te lo pongo. Lo que tienen en común todas ellas son que forman parte de la cultura de la marca, pero lo mejor aún es que todas ellas necesitan energía para poder producirse. Esa misma energía que utilizan sus coches, una que fue pionera en lo suyo, en coches híbridos, pero no de esos que te dejan tirados, sino unos que te llevan a cualquier lugar, incluso a experiencias de lo más raras posibles.